El entrenamiento en autoinstrucciones es una técnica cognitiva de cambio de comportamiento en la que se modifican las autoverbalizaciones (verbalizaciones internas o pensamientos) que un alumno realiza ante cualquier tarea o problema, sustituyéndolas por otras que, en general, sean más útiles para llevar a cabo dicha tarea.

La idea central del modelo (creado por Meinchembaum), es que el lenguaje de los niños tiene la función de guiar y ordenar su propia conducta externa. El reconocimiento del lenguaje interno como “director y controlador” del comportamiento, supone que por sí mismo puede modificar la conducta.

Hay que señalar que las instrucciones se refieren a las verbalizaciones internas que acompañan la actividad del alumno. Son instrucciones u órdenes que el alumno se da a sí mismo, dirigiendo su actuación (“voy a ponerme a estudiar”, “no puedo seguir corriendo”, etc.).

Se supone que en la medida en que los alumnos se enfrentan con tareas más difíciles, en las que les resulta complicado actuar o no saben por donde empezar, las verbalizaciones, las autoinstrucciones se hacen más evidentes.

Dicho de otra forma, el pensamiento, que en otros momentos podría parecer rápido o automático, ahora se enlentece y se transforma en un lenguaje que guía con cuidado la actuación del sujeto.

El entrenamiento en autoinstrucciones consta de cinco pasos:

1º- El profesor actúa como modelo y lleva a cabo una tarea mientras se habla a sí mismo en voz alta sobre lo que está haciendo (modelado cognitivo).

2º- El niño lleva a cabo la misma tarea del ejemplo propuesto por el profesor, bajo la dirección de las instrucciones de éste (guía externa en voz alta).

3º- El niño lo vuelve a hacer mientras se dirige a sí mismo en voz alta (autoinstrucciones en voz alta).

4º- Ahora el niño lleva a cabo la tarea de nuevo, pero sólo verbalizando en un tono muy bajo (autoinstrucciones enmascaradas).

5º- El niño guía su propio comportamiento a través de autoinstrucciones internas, mientras va desarrollando la tarea (autoinstrucciones encubiertas).

Un ejemplo de autoinstrucción sería el siguiente:

Bueno ¿qué es lo que tengo que hacer ahora? antes de nada, recojo la mesa para mantener un orden.

Ahora, voy a estar 20 minutos preparándome para el examen de mañana.

Tengo 20 minutos para estudiar. Tengo tiempo para hacerlo bien. Voy a centrarme en entender lo que estoy leyendo, y me olvido de ruidos,(no pienso en cosas que me distraigan) me centro en lo que leo. En estos 20 minutos voy a estudiar el oído interno. Sé que me voy a concentrar. Sé que lo voy a entender.

Lo que el modelo trata de enseñar al niño a través de estas instrucciones puede concretarse en:

1º- Definir el problema: ¿Qué tengo que hacer?

2º- Guía de la respuesta: ¿Cómo tengo que hacerlo? (despacio, pinta la raya hacia abajo….).

Cuando el alumno practica adecuadamente estos dos pasos, se le puede enseñar también a realizar dos pasos complementarios, que le ayuden a reforzar su propia conducta y a corregirse a sí mismo en caso de errar. Estos pasos, serían:

3º- Autorrefuerzo: lo estoy haciendo bastante bien.

4º- Autocorrección: en el caso de que no se alcance el objetivo propuesto, afrontar el error (si cometo un error puedo continuar). Iré más despacio.

Un ejemplo de cómo el profesor debe realizar esa guía en autoinstrucciones es el siguiente:

Vamos a ver…… ¿qué es lo que tengo que hacer? Tengo que salir a la pizarra a resolver este problema de matemáticas.

Muy bien. ¿Cómo puedo hacerlo?

Tengo que ir despacio y con cuidado (definir del problema). Primero me levanto del asiento y empiezo a andar…..un poco más….bien….eso es….Ahora que ya estoy en la pizarra, me concentro en el ejercicio…..eso es… (guía de respuesta).Lo estoy haciendo bastante bien (autorrefuerzo). Recuerda que hay que estar tranquilo y saldrá bien. Ahora lee atentamente el problema. ¡No! No pienses que no te va a salir, vas muy bien…..sigo manteniéndome tranquilo (autocorrección). Bueno no pasa nada……respiro despacio y todo irá bien……eso es. Vuelvo a centrarme en el ejercicio). Muy bien, ya lo tengo. Compruebo que el resultado es correcto….Bien, ya he terminado. ¡Lo he hecho!

AUTOINSTRUCCIONES PARA ATENDER EN CLASE:

Las autoinstrucciones también pueden servir para que el alumno mejore su atención en la clase. Una vez que está acostumbrado a hacer caso a sus autoverbalizaciones, se pueden dirigir más a captar y eliminar pensamientos internos disruptivos (aquellos que desconectan de lo que está diciendo el profesor) y encaminar su atención a escuchar de nuevo al profesor.

Un ejemplo de esta situación sería:

Bueno, a ver, (ahora te toca clase de matemáticas) sé que me suele costar prestar atención, pero soy capaz de estar atento voy a centrarme en lo que dice el profesor(estoy escuchando muy bien) si en algún momento me distraigo me doy cuenta de que es un pensamiento interno que no debe estar y vuelvo a centrarme(por ahora lo estoy haciendo muy bien)estoy escuchando y entendiendo.

Mañana tengo partido a las cuatro, ¿cómo haré para ir?… eh, eh! Que te estás yendo. Vuelve a escuchar, VEN. Qué bien, he tenido un pensamiento que me ha despistado y he vuelto. (Sigo escuchando, sigo entendiendo) Lo estoy haciendo muy bien… Ha terminado ya la clase y ¡lo he hecho genial!

VARIANTES

• Se puede utilizar una palabra gancho, que favorezca al alumno que centre su atención cuando identifique que ha tenido fugas en su pensamiento (se haya distraído). Pueden utilizarse palabras como “ven”, “atención” o alguna palabra que elija el alumno y que capte fácilmente su atención, por ser demasiado llamativa “sirena”, “¡gol!”,…

• También se puede ayudar a un alumno a favorecer sus autoinstrucciones, pidiéndole que imagine que tiene un amigo en su misma situación. Para ayudarle, tiene que escribirle una carta diciéndole cómo hacer para que mejore, qué tiene que pensar. Esto es útil en los casos en los que el alumno se sienta avergonzado de hablarse a sí mismo, así el alumno puede sentirse más motivado y no sentirá reparo.