Han pasado 2500 años desde la era de Sócrates, Platón y Aristóteles. En ese lapso se han creado cohetes, biotecnología, genética, ingeniería, láseres, radio, astronomía, matemática no lineal, caos, teorías, satélites, superordenadores, telenovelas e inteligencia artificial. A gran parte de todo esto se le denomina progreso… Pero ¿qué hay del progreso en la educación? Dos milenios y medio después todavía se pone a los estudiantes en una clase con una figura de autoridad que diserta durante determinados periodos de tiempo.

Se ha vuelto ineludible analizar las relaciones existentes entre las tecnologías informáticas y el campo educativo, con el objetivo de aprovechar el potencial de las primeras dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Día a día se cuenta con mayores y mejores herramientas tecnológicas, que se colocan al servicio del hombre con el objetivo de facilitar sus actividades diarias tanto en el ámbito laboral como en el personal.

El rol de muchos profesores está cambiando, del modelo tradicional de ser un presentador de información de forma secuencial a un administrador, y facilitador el aprendizaje.

La edad del ciberespacio ha llegado. Nuestro mundo en el siglo XXI está pasando, al menos en educación de ser un mundo físico a ser un mundo virtual, ese lugar que existe solo en la «imaginación» de los ordenadores.

Parece como si empezara a tomar cuerpo en algunas sociedades las profecías de visionarios como Marshall McLuhan con su «aldea global» o George Gilder y su «Telecosmos», al paso que sigue aumentando la diferencia entre aquellas y otras menos afortunadas. Las telecomunicaciones son un elemento esencial del desarrollo político, económico, social y cultural en todos los países del mundo y un motor para la sociedad y la economía mundiales, que transforma rápidamente nuestras vidas y favorece una mejor comprensión entre los pueblos. Las nuevas tecnologías tienen una influencia determinante en la expansión de las telecomunicaciones y pueden permitir la atenuación de la disparidad, no sólo entre los países en desarrollo y los países desarrollados, sino también entre zonas urbanas y zonas rurales de un mismo país. Además, la convergencia de las telecomunicaciones, la informática y la radiodifusión, así como las aplicaciones multimedia, abren nuevas perspectivas al sector, al crear posibilidades para la enseñanza, la medicina, la protección del entorno y muchas otras aplicaciones sumamente beneficiosas para el desarrollo socioeconómico.

Día a día es más amplio el cuestionamiento sobre el impacto de las tecnologías informáticas en el medio educativo. En algunos sectores reina un cierto escepticismo al respecto y en otros el entusiasmo es desbordante pero los logros no son proporcionados con este. Lo anterior genera una gran confusión en los sectores directivos encargados de tomar las decisiones. Por eso es importante analizar las verdaderas posibilidades de la educación basada en Internet, para entender mejor cuáles son los caminos más adecuados de transitar, tanto en las instituciones educativas como en las organizaciones.

Mantenemos, al igual que otros muchos autores, que las principales manifestaciones del impacto de la «sociedad de la información »en educación son las siguientes:

1. Nuevos contenidos curriculares.

2. Amplía oferta de actividades de formación permanente.

3. Importancia creciente de la «escuela paralela» en la educación de las personas.

4. Uso de las TIC en la gestión de las actuaciones educativas.

5. Nuevos entornos de aprendizaje «on-line».

Los medios de comunicación y las tecnologías ejercen una influencia más allá de la simple reproducción de información para pasar a convertirse en instrumentos reguladores de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Su introducción en la educación produce un cambio en la relación existente entre el profesor y el alumno. El primero deja de ser el referente informativo y ambos se igualan.