¡Qué vida la del estudiante! A la tradicional cuesta de la vuelta de vacaciones (y en periodo de crisis, nada menos) siempre referida a la economía y los buenos propósitos hay que añadirle la presión que nuestros estudiantes tienen que padecer; los exámenes que están a la vista.

Pero ¿cómo podemos, al menos, paliar esta angustia? En Kaleidos tenemos claro que para aprobar, además de estudiar hay que saber cómo estudiar y cómo enfrentarse a las pruebas.

Aquí brindamos alguna de las pistas de lo que trabajamos con nuestros alumnos:

  • Mentalízate de que estudiar es un trabajo. Compórtate como si fueras un trabajador autónomo. Los resultados, casi siempre van ligados al tiempo dedicado.
  • Planifícate en función de tu disponibilidad horaria y dificultad que presenta la materia a la que te enfrentas.
  • Rentabiliza tu tiempo de ocio en lo posible, vinculándolo con alguna de las materias de estudio.
  • Organízate. Hay tiempo para todo. Pero no todo el tiempo para una sola cosa.
  • No te dejes seducir por los ‘okupas’ del tiempo. La tele, el ordenador, los juegos o el café, la caña, la llamadita o el sms, o el coleguita que te cuenta la última están bien pero para el rato de ocio.
  • Apaga el móvil (messenger y compañía). Él está a tu servicio, no tú al suyo.

En todo caso recordamos que estudiamos, entre otras cosas, como preparación para acceder al mercado laboral, y la experiencia que tenemos que el acceso al mercado laboral no viene condicionado solo por la capacitación técnica o profesional.

Cada vez más, las empresas buscan que el perfil de sus empleados tenga, además de esta aptitud, otras actitudes entre las que destaca la proactividad, la capacidad de adaptación, el deseo de mejora, la capacidad de esfuerzo, la altura de miras… una disposición, en suma, a la que en el momento de la preparación también hay que prestarle una atención destacada; estas actitudes, al final, suponen el elemento diferencial entre los candidatos a un puesto de trabajo.

Así, para conseguir que el estudio nos lleve a la meta del mercado laboral hace falta:

  • Capacitación profesional. Aptitud.
  • Conocimiento de lo que el mercado laboral precisa en cada momento. Así que, estudiar no debe evitar que uno lea y esté al día de lo que pasa en su entorno. Preparase no es sinónimo ‘encerrarse’
  • Una actitud positiva, proactiva, con capacidad de adaptación y asimilación del cambio. Voluntad de formación permanente y actualización profesional.
  • Carácter competitivo, de voluntad de desarrollo y promoción profesional y personal.
  • Una buena técnica activa de búsqueda de empleo.