Silvia nos manda una colaboración a la que gustosamente damos cabida en este espacio. ¡Que cunda el ejemplo!.

«Cuando acabas la carrera te plantas en tu casa con el título en la mano y piensas ¿Y ahora qué? ¿Por dónde empiezo?

Comienzas a buscar trabajo, y agobiarte pensando en cuando podrás poner en práctica todo lo aprendido. Mandas un par (al principio, luego muchos más) de curriculums a las empresas que más te interesan y no te llama nadie. ¿Cómo puede ser esto? ¿Si eres recién licenciado / graduado? Sigues echando curriculums, cuando por fin te llaman y acudes a la entrevista, te piden un montón de requisitos para cubrir el puesto que ha salido ofertado.

¡Menuda mala suerte! ¡Y yo que pensaba que esto de encontrar trabajo par alguien con una preparación como la mía era pan comido!

Te das cuenta que hay muchos candidatos para un puesto de trabajo y que algunos de ellos están mejor preparados que tú; es inevitable ponerse nervioso. Te llaman para hacer la entrevista, te sientas sudando. Empiezan a preguntarte y tus respuestas son nerviosas, sesgadas, casi tartamudeas. Te contestan con un «ya te llamaremos».

Llegas a casa y piensas, «no me han cogido porque no estoy especializado». No te das cuenta que no sabes preparar una entrevista de trabajo cómo debes realizarla para pasarla con nota. Como no tienes ningún resultado durante un tiempo, decides especializarte. Miras todos los postgrados y masters relacionados con tu formación e intentas encontrar cuál de ellos puede ser mejor para complementar tus estudios.

Las posibilidades son amplias y en ocasiones es difícil decidir en qué postgrado o master debes matricularte. La decisión última esta en tus manos por lo que ver y comparar entre unos y otros es vital para decidirse. Pero…. ¿cuándo vamos a dejar de estudiar?

La especialización es un ciclo vicioso, siempre vas a tener algo que aprender, alguna técnica, herramienta o proceso nuevo. Desde la Educación Secundaria comenzamos a elegir y a especializarnos en una rama u otra. En algún momento, tendremos que dejar de estudiar para buscarnos un trabajo.

Pero al hacerlo nos decepcionamos porque siempre hay alguien con mayor preparación que nosotros. La comparación con otras personas nos desilusiona e intentamos ser mejor que ellos preparándonos más.

Está claro, al tiempo que nos preparamos y especializamos hemos de ir aprendiendo otras muchas cosas, entre ellas, las técnicas de búsqueda activa de empleo.

A la vez que nos especializamos deberíamos ir preparándonos para pasar un proceso de selección, teniendo en cuenta que las empresas cada vez valoran más aspectos como trabajo en equipo, la actitud y la personalidad.

En el proceso de selección hacen distintos tipos de pruebas que nunca hemos hecho, como test psicotécnicos y entrevistas colectivas. Todos deberíamos prepararnos para pasar una entrevista de trabajo, para escribir un buen CV o una carta de presentación, conocer la esencia, la misión, la visión o los valores que tiene la compañía a la presentamos el currículum, Hacerlo «personalizado» y, llegado el caso, preparar a conciencia la entrevista.

Es algo fundamental para tener éxito en la búsqueda de empleo.

En fin, una necesidad que se ha detectado hace mucho, pero la educación reglada no ha puesto toda la intensidad que hace falta para atender esta necesidad.

En todo caso, como dice el dicho: «agradecidos por lo que nos dan, y suspirando por lo que queda».