El coaching no consiste en enseñar, sino en crear las condiciones necesarias para aprender y crecer. Hay frases que por sí solas valen todo un libro. ¿Qué libro? Pues uno de los mejores que existen sobre coaching. Concretamente, el libro titulado Coaching. El método para mejorar el rendimiento de las personas, de John Whitmore.

La práctica docente cada vez nos exige más; no basta con enseñar, con transmitir conocimientos. Hemos de ser conscientes de que nuestros alumnos son capaces de aprender por sí mismos. Por tanto, debemos reinventarnos para ser algo más que un mero transmisor de información. Y ahí el coaching, el coaching educativo, tiene un enorme potencial para nosotros.

Veamos algunas de las claves coaching relacionadas con el llamado coaching educativo para que podamos darle una aplicación práctica en nuestra tarea docente.

¿Por qué el coaching educativo?

El coaching no tiene la finalidad de enseñar, sino de buscar la mejora del rendimiento. Este punto es esencial porque incide en la individualidad de las personas, en la individualidad de cada uno de nuestros alumnos. Muchas veces no somos conscientes de algo que es trascendental en su educación. Y es que en muchas ocasiones aquello que enseñamos no hace más que entorpecer la capacidad innata que tienen ellos para el aprendizaje. De ahí que el coaching educativo plantee o replantee una forma distinta de enseñar y aprender.

¿Qué aporta el coaching educativo al docente?

1. Potencial. El coaching educativo no se centra en el aprendizaje, sino en el potencial de cada uno de nuestros alumnos. De lo que se trata es de aflorar el potencial y, una vez detectado, hacer que sea sostenible en el tiempo.

2. Conciencia. El planteamiento que el coaching educativo hace de la conciencia es algo interesante y compartido por muchos de nosotros. Sólo seremos capaces de sacar lo mejor de nuestros alumnos cuando les inculquemos la responsabilidad personal y fortalezcamos su autoestima. Uno de los grandes errores que cometemos cuando enseñamos, es que, en demasiadas ocasiones lo hacemos mediante órdenes. En cambio, lo que hace el coach educativo en lugar de dar órdenes es transformar la obligación por implicación, por responsabilidad personal, por elección. Cada vez se trata más de aumentar la conciencia para aumentar la independencia y la responsabilidad de nuestros alumnos. A la hora de enseñar, también debe haber un espacio para trabajar y potenciar la conciencia, porque ello implica de por sí la reflexión, la observación y la interpretación de aquello que rodea y perciben los otros. De ahí que cuando trabajemos la conciencia no debemos olvidar que:

• La conciencia consiste en saber lo que sucede en todo momento a nuestro alrededor.

• La conciencia de uno mismo consiste en saber qué se experimenta.

3. Responsabilidad personal. Cuanta más conciencia adquieran nuestros alumnos, mayor grado de independencia tendrán, mayor capacidad de decisión y de resolución adquirirán frente a los problemas. Es más, ello les permitirá poder resolver por sí mismos sus conflictos porque la confianza que tendrán sobre ellos mismos será mucho mayor, así como su autoconcepto y autoestima. Cuando educamos a un alumno no a partir del conocimiento, sino a partir de la responsabilidad que implica este conocimiento, estamos haciendo a nuestros alumnos más independientes y, por ende, más libres, porque mayor será su capacidad de elección. Y no podemos olvidar que mediante una orden el alumno nunca mejora, porque las órdenes son incapaces de generar opciones, mientras que la responsabilidad personal sí.

• Ejemplo. Si ordenamos a un alumno que vaya a buscar al jefe de estudios a su despacho, este irá porque se lo hemos pedido. No estamos creando opciones. Si no encuentra al jefe de estudios en su despacho es probable que no lo busque en otro sitio porque no le hemos dado la libertad para hacerlo. En cambio, si preguntamos al grupo quién quiere ir a buscar al jefe de estudios en su despacho, el planteamiento es muy diferente. El alumno que vaya lo habrá decidido libremente, sin que se lo hayamos ordenado. Este alumno habrá adquirido una responsabilidad y querrá encontrar por todos los medios al jefe de estudios. Si no lo encuentra en su despacho, dicha responsabilidad hará que busque otras opciones.

4. Feedback. El feedback o la retroalimentación es un aspecto determinante en el coaching educativo y a lo que como docentes conviene tenerlo muy presente en nuestras clases. El feedback es importante porque es toda la información que obtenemos de nuestro entorno más cercano. El feedback ayuda a los alumnos a tomar conciencia de ellos mismos, así como de sus actuaciones. A mayor feedback, mayor conciencia y a mayor conciencia, mayor percepción de la realidad y, por ende, una mejora en su rendimiento personal. En muchas ocasiones como docentes nuestra preocupación gira en torno a generar información, a generar contenido pero es tan importante alimentar como «retroalimentar», recuperar lo aprendido y lo experimentado para fijarlo en la conciencia y potenciar la responsabilidad personal.

5. Cualidades del coach aplicables a la tarea como docente.

• Paciencia.

• Imparcialidad.

• Apoyo.

• Interés.

• Escucha activa.

• Percepción.

• Consciencia de uno mismo.

• Atención.

• Buena memoria.

¿Qué son los modelos se secuencia del coaching? ¿Qué aplicación tienen en el coaching educativo? La importancia de marcarse objetivos.

En el coaching y, por qué no decirlo, en el coaching educativo existen series de acrónimos para explicar los modelos de secuencia para la consecución de objetivos y que son perfectamente aplicables a la tarea como docente. Aquí recogemos tres de los más importantes:

GROW:

• Goal. Objetivo de una sesión. Hay que fijar siempre en las sesiones lectivas cuál será el objetivo de la misma. Así conseguiremos crear expectativas sobre los alumnos.

• Reality. Estudio de la realidad actual. Una vez fijemos el objetivo, debemos ser consciente de que vamoss a poder llevarlo a cabo con el perfil de alumnado que tenemos y las circunstancias que envuelven a dicho alumnado.

• Options. Estrategias y alternativas. Debemos buscar el mayor número de estrategias para la consecución del objetivo.

• What. Qué se va a hacer, cuándo se va a hacer y quién lo hará. No podemos fijarnos ningún objetivo que no responda a estas preguntas. Si alguna no tiene respuesta, nuestro objetivo está mal enfocado.

SMART:

• Specific. Cuanto más concreto sea el objetivo, más fácil será de llevar a la práctica.

• Measurable. Todo objetivo debe poder medirse, cualificarse, evaluarse a través de notas o rúbricas, por ejemplo.

• Agreed. Acordado. No basta con que nos fijemos un objetivo. Es fundamental que dicho objetivo sea compartido a su vez por los alumnos.

• Realistic. Realista. Nuestro objetivo debe ser realista y aplicable en todo momento. (También «Relevante»).

• Timed phased. Por fases. No hay objetivo que se preste que no necesita de una programación, de una secuenciación, de una temporalización.

PURE:

• Positively stated. Enunciado en positivo. Generemos preguntas siempre en positivo, es decir, creemos opciones en lugar de dar órdenes.

• Understood. Entendido. Debemos asegurarnos que el objetivo se ha entendido, que ha sido asimilado por los alumnos.

• Relevant. Pertinente. Debemos intentar que el objetivo tenga una aplicación lo más real y útil para la vida posible.

• Ethical. Ético. Siempre que sea posible, relacionemos los objetivos con la educación en valores para darle una mayor transversalidad.

Potencial, conciencia, responsabilidad, empatía, feedback son cualidades del coaching educativo, son cualidades que no aparecen, en general, en los currículos de las asignaturas y que tienen una importancia trascendental. En este sentido, el coaching educativo puede resultar un mecanismo efectivo para el pleno desarrollo de los alumnos.