Se habla mucho sobre cómo usar las redes sociales o la web 20 en la educación, particularmente, parece que últimamente Facebook está tomando cierto protagonismo en distintos estudios e investigaciones de su uso con fines educativos, pero lo cierto es que otros medios, como Twitter, también se pueden usar para acercarse más a los estudiantes, y hacerles llegar de una manera más amena contenidos que, de otra manera, nunca llegarían a asimilar. Parece difícil que 140 caracteres puedan resultar tan útiles para la enseñanza, pero la cantidad de opciones que nos da no está nada mal.

Ya abordamos este asunto en un post anterior, cuando trajimos a estas mismas páginas un artículo de EDUTEC sobre el uso de los microblogs en la enseñanza secundaria.

Y es que el sector de la educación es uno de esos campos que están en constante cambio, y exige a los profesores y educadores ir adaptándonos a los nuevos medios. Convertir Twitter en uno de los canales de comunicación entre alumnos y profesores puede hacer que aquellos que no tenían ningún interés en determinadas asignaturas comiencen a cultivarlo.

Hoy traemos aquí una reflexión en este sentido que firma Enmanuel Jiménez.

Doce actividades que pueden resultar muy útiles en los procesos de enseñanza aprendizaje:

1. Tablón de anuncios: en vez de enviar un email a cada uno de los alumnos, podemos aprovechar las posibilidades de Twitter para ir publicando novedades con respecto al curso que pudieran interesar a los estudiantes. Cada uno de ellos debería convertirse en seguidor del profesor. Para diferenciar unas publicaciones de otras, se podría añadir un hashtag que incluya la asignatura y el curso, algo como #Matematicas1Bac.

2. Resúmenes: es muy frecuente mandar como tarea la redacción de resúmenes que sintetizan las ideas principales de un determinado texto. Si la intención final de estas tareas es la de que el alumno aprenda a sintetizar, los tweets pueden ser potentes herramientas para desarrollar esta capacidad. Por ejemplo, se podría mandar un resumen de una obra concreta en un determinado número de tweets. Es difícil ver a chicos trabajando a fondo en el resumen de un libro o de un artículo, pero lo cierto es que lo hacen a diario cuando publican cosas en Twitter.

3. Compartir enlaces: con la llegada de Internet, el encontrar información sobre un tema concreto es algo que se ha hecho muy sencillo. Algunos profesores ven esto como algo negativo, pues reduce la cantidad de esfuerzo que tiene que dedicar un alumno a la investigación sobre ese tema. No obstante, se puede aprovechar esto. Se puede asignar a cada alumno una cantidad de tweets semanales donde compartan con sus compañeros enlaces interesantes sobre un tema concreto que se esté tratando, y que no se repita este enlace entre los compañeros. Así, se consigue una gran cantidad de información y si esta tarea es puntuable, es muy probable que el alumno lea el contenido. No hay que olvidar el hashtag apropiado sobre el tema que se esté tratando, para que todos los alumnos puedan ver lo que publican los demás.

4. Seguir a un personaje conocido: se puede asignar un personaje famoso sobre una temática concreta a cada alumno. Y este tendrá que seguir en Twitter y documentar su actividad, para exponerla después en clase. Es una forma fácil de hacer que se metan en el ambiente de la asignatura de una forma sencilla y que lleva muy poco tiempo, y que es muy cercana para los jóvenes.

5. Representa a un personaje: para asignaturas de historia, literatura o, en general, cualquiera relacionada con algún aspecto histórico, se puede asignar a cada uno de los alumnos un personaje histórico. Su tarea sería documentarse acerca de él, y crear una cuenta en Twitter, donde iría twitteando publicaciones metiéndose en el rol de cada personaje. Es ideal para asignar personajes contemporáneos a los alumnos, de tal forma que incluso se puedan comunicar entre ellos representado cada uno su papel.

6. Hashtag del día: al igual que ocurre con los programas de televisión, puede ser genial empezar cada clase escribiendo en una esquina de la pizarra el hashtag de esa clase. Ya sabemos que los alumnos usan el móvil en clase, así que, ya puestos, que lo usen para comentar ya con el hashtag. En cualquier caso, ese hashtag duraría hasta la clase siguiente, de tal forma que por la tarde y al día siguiente, se podría seguir comentando y opinando. Esto generaría debate entre los alumnos y el profesor, les haría meterse en la clase, y encima, con el tiempo, la atención prestada en clase sería mayor, para poder participar en estos debates. Básicamente, les ponemos fácil el meterse dentro de la clase. En vez de esperar que ellos decidan atender y hacer el esfuerzo, se lo acercamos.

7. Trabajos colaborativos: si se establece un orden, se puede conseguir que entre todos se realice un trabajo completo. El profesor continúa hablando sobre un tema determinado, con el hashtag correspondiente. El primer alumno establecido según el orden, continúa con un tweet. El siguiente tiene un o dos minutos para escribir un tweet ampliando la información del anterior. Y así sucesivamente, si alguno tarda más, se pasa al siguiente alumno. Con esto, conseguimos que un grupo entero de alumnos esté prestando atención a lo que publican los demás, a la vez que investiga qué va a aportar él con su publicación.

8. Traduciendo frases: en las asignaturas de idiomas, podría ser muy útil que el profesor lanzara preguntas a los alumnos y que estos tuvieran que traducirlas, o contestarlas en el idioma correspondiente. Incluso se podría iniciar una conversación completa en ese idioma.

9. Amigos extranjeros: siguiendo en la misma línea, el trabajo podría consistir en encontrar un usuario que hable un idioma extranjero, y conversar con él regularmente. Es muy interesante, ya que el profesor es el que puede estipular la cantidad de tweets que deben compartir, la cantidad semanal o diaria, cuándo lo deben hacer, etc. Además, es un trabajo que el profesor podrá después revisar en cualquier momento, y de una manera muy cómoda.

10. Resumen del día: si no se quiere centralizar la enseñanza tanto en un medio como Twitter, se puede empezar por métodos complementarios, como por ejemplo, lanzar un resumen de lo que se ha dado en la clase a través de varios tweets. Los alumnos solo tendrán que seguir al profesor para ver lo que este publica. E incluso podrían combinarse unas cuantas variables para crear un hashtag sencillo que incluya el curso, el grupo, la asignatura y la fecha de la clase, algo como #Mate16marzo2esoB.

11. Comunicarse con otros grupos: se puede impulsar el debate entre clases creando discusiones que involucren a distintos grupos de la misma escuela, e incluso de otras distintas, en sesiones supervisadas virtualmente por los profesores que la concertaran. Sin duda, tendría mucho aliciente para algunos alumnos el poder discutir o debatir con alumnos de otras clases e incluso centros.

12. Informando a los padres: y no hay que olvidar que Twitter es un medio muy útil para comunicarse. A muchos padres les interesaría poder saber qué temas están tratando sus hijos en clase. Si los padres siguen al profesor, este podrá publicar lo que se está dando en cada clase. Por no hablar de la posibilidad de informar de las faltas de los alumnos de una forma directa.

Sin duda, las opciones son muy variadas, y hay un gran abanico donde elegir. Todo depende de la originalidad y la imaginación del profesor. Pero sobre todo de las ganas que tenga de esforzarse por acercar a sus alumnos las materias que imparte. Es una forma genial de facilitarles las tareas que tienen que realizar, y convertir la educación en algo entretenido que forma parte de su día a día, en vez de algo que solo los aparta de lo que realmente quieren hacer.